Después de la decepción que fue Falcky en este tema, The Bad Batch se antoja más sabroso para explorar las facetas del uso del poder en el flamante Imperio Galáctico. ¿A qué me refiero con eso? A que todo estará bajo su control y mucho de esto dura hasta los tiempos de The Mandalorian.
Y es impresionante cómo en cuestión de horas, hasta los letreros se transformaron de ser los símbolos de la república a los símbolos del imperio. Todo es cuestión de orden y control (o progreso diría Don Porfi).
Como mencionaba en la entrada anterior, los clones están siendo controlados con los chips inhibidores, no hay voluntad, son buenos soldados que siguen órdenes. Si lo piensan, eso no es nada peligroso… para Palpatine, claro está.
Sin embargo el punto es que los clones parecen ya no tener humanidad, son más máquinas de matar, engranajes de la maquinaria imperial. No hay voluntad ni consciencia ni empatía.
Y si el brazo militar es importante en un imperio, el aspecto administrativo es indispensable. Son los inicios de un control que durará décadas en esa galaxia tan lejana. Echo y Tech ironizan al respecto, ahora cada ciudadano debe ser un número. Lo cual simboliza perder lo que te hace único.
Pero en un sentido estricto, ese número que implementa el imperio debe contener tus datos generales, así se le hará más fácil vigilarte, que no te asocies con “indeseables” o incluso, relacionarte con los rebeldes porque ese día simplemente estuviste ahí.
Y eso es un reflejo de nuestra realidad, los países que te piden un registro forzoso donde puedan localizarte son los que frecuentemente atacan las libertades personales, ¿o a poco no? (Venezuela, Rusia, Cuba, próximamente México).
Ese Código de Cadena resulta tan útil para controlar a la población, que perdura por muchos años, incluso sigue activo cuando empieza The Mandalorian. Saben tu edad, tu familia, tus afiliaciones, tus viajes… Todo lo que pueda ser de interés para el Imperio.
Pero, ¿peleará el pueblo por sus derechos? Sí, aquellos que están en el conflicto armado, los rebeldes lo harán, ¿pero y el ciudadano promedio? ¿Agachará la cabeza y aceptará a su nuevo amo? Sería bueno que Bad Batch explore un poco de ello.
Para el grupo de defectuosos no importa lo mucho que intente vigilarlos el “Gran Hermano”, ellos saben lo que es correcto y no dudan en seguir su propio código moral. Aunque son clones, abrazan su individualidad y aborrecen la idea de sólo ser sirvientes ciegos de un líder sin rostro.
.
Hay otras cosas que mencionar pero por mientras quiero esperar a lo que traigan los siguientes capítulos, por cierto, estén pendientes en nuestro canal de Youtube porque tendremos un podcast sobre los primeros dos episodios de The Bad Batch.
